Inicio Creepypasta Creepypastas de Pokemon
CreepypastaPokemonVideojuegos

Creepypastas de Pokemon

QhdTSbFFdn 8
QhdTSbFFdn 8
Compartir

Esta entrada es una compilación de cinco creepypastas de la serie de videojuegos Pokémon

Hell Bell

Luego de que la cuarta generación de Pokémon lo decepcionara muchísimo, mi hermano me regaló todas sus cosas de Pokémon, molesto. Recibí cientos de cartas para añadir a mi colección, el Blastoise de peluche que ganó en King’s Island hace nueve años y el juego de Pokémon Diamante que le hizo perder completamente su amor por el juego y todo lo asociado a ello. Ese capítulo de su vida se cerró tristemente mientras que la mía obtuvo algo para continuar.

Admitiré que los juegos para la DS me decepcionaron también, había algo en ellos que hizo que la magia de los juegos se desvaneciera un poco. Como una persona que creció con los originales, la cuarta generación simplemente no era “mi” Pokémon. Aun así, no iba a darle la espalda a algo que me acompañó durante mi niñez simplemente porque el juego me decepcionó un poco.

De hecho, quería Diamante. Dialga era muchas veces mejor que Palkia, y de verdad disfruté el hecho de que finalmente iba a capturarlo en lugar de hackear para obtenerlo o cambiarlo.

Antes de que continúe, debo decirles que esto no involucra a Dialga en lo absoluto. Simplemente me gusta y originalmente quería la versión Diamante, pero me tuve que quedar con Perla porque mi hermano lo pidió primero.

Esto comienza con un pokémon legendario, aunque tengo la certeza de que si hubiese usado cualquier otro el resultado habría sido el mismo. Comencé con su partida guardada, sólo para ver todo lo que tenía. La información decía que tenía a todos los Pokémon en su Dex, incluso los que aún no salían a través de eventos wireless, lo que me recordó que él adoraba usar códigos Action Replay para mejorar su experiencia al jugar; fue probablemente lo único que lo hizo quedarse con el juego por todo ese tiempo… pero incluso usar cheats llega a aburrir con el tiempo.

Luego de iniciar su juego, vi su equipo: tenía seis Rayquazas shiny de nivel 100. Como todos los pokémon que tenía, los capturó usando el tardado código “encuentra a cualquier pokémon”, donde tenías que tirar Heart Scales para indicar qué pokémon querías capturar a nivel 100. Si bien los Pokémon encontrados con este código eran igual de débiles que uno al que se le haya dado un gran número de Rare Candies, aún recuerdo cómo perdía frecuentemente contra estos.

Yo usé este código cuando jugué Perla por primera vez, e intercambié los pokémon a través de internet para incrementar mis posibilidades de ganar la lotería del juego. Si bien él no necesitaba ningún pokémon para completar su Pokédex, intercambiar siempre era una experiencia divertida sólo para ver de dónde venían.

Así que fui al Global Trading Center de Jubilife City para ver qué podían darme por uno de los Rayquazas. Sabía que los podía cambiar por cualquier cosa, pero en secreto guardaba rencor contra esos seis por masacrarme tantas veces.

Ya en la red de intercambio, ofrecí uno por un Bronzong que elegí al azar de la primera lista. Elegí que el nivel fuera 100, para que el trato fuese más o menos justo. Luego de eso, apagué la consola por un rato.

Volví después de unas horas para ver si alguien me aceptó el intercambio. Me emocioné de inmediato cuando comenzó la secuencia de intercambio. Sé que era un simple Bronzong, pero aun así, me gustaba mucho el proceso. Podrían haberme mandado un Magikarp y me habría excitado por eso.

Recibí un Bronzong shiny llamado Hell Bell. Me sorprendí de que me dieran un shiny a cambio, nunca recibí un shiny al intercambiar en Pearl… pero el nombre me molestaba un poco.

Siendo una persona ligeramente religiosa, no me siento cómoda hablando de algo relacionado con el Infierno o algo por el estilo… incluso el escribir esto me hace sentir como si pudiese provocar un evento similar de nuevo. Sólo espero que esto funcione como una experiencia de enseñanza para ustedes y no como algo más para mí.

Luego de salir, revisé sus stats; todo estaba en 666, su viejo entrenador era llamado Beelze y fue capturado en la Lost Tower, pero estaba dentro de una Cherish Ball.

Claramente era hackeado, pero fue lo que obtuve por ofrecer un hack.

Los stats y la información del pokémon me asustaron un poco, pero supuse que no me daría problema. Igual, si no me gustaba, siempre podía ofrecerlo a cambio de algo nuevo… era aquí donde aceptaría a un Magikarp gustoso. Pero cada vez que intentaba ponerlo en el GTS, el juego me notificaba que “ese pokémon no podía ser ofrecido para intercambio”.

Esto me pasó varias veces antes cuando intentaba cambiar legendarios hackeados. Aun así, quería deshacerme de él, por lo que la única otra opción era liberarlo.

Antes de ir a la PC, revisé el ítem que tenía adherido. El dueño le había dado un correo, que siempre eran divertidos; aunque las elecciones de lo que puedes decir son extremadamente limitadas y las cartas siempre son cursis.

Elegí a Hell Bell y revisé el correo, y no parecía haber sido elaborado de forma normal; de hecho, parecía como si lo hubiesen hecho letra por letra como se hacía en Gold y Silver. El mensaje sólo tenía tres palabras:

Llévame de regreso

No estaba segura de lo que significaba. Ciertamente no podía ofrecerlo para intercambio, y aunque pudiera, no había forma de asegurarme de que Hell Bell regresaría con Beelze, así que borré el mensaje y fui a la PC para liberarlo.

Elegí la opción de “depositar pokémon” y seleccioné a Hell Bell para liberarlo, pero cada vez que el sprite se encogía, de inmediato volvía con un mensaje, diciendo algo así como “¡Hell Bell no quiere abandonarte!”.

Cuando revisé a Hell Bell de nuevo, tenía otro correo:

No puedo ir por mi cuenta. Llévame de regreso

Tras otro intento fallido, apareció un último mensaje:

Lost Tower

Ansioso por deshacerme de él, dejé el edificio del GTS. Volé hasta Hearthome y luego recorrí la ruta 209 hasta Lost Tower.

De inmediato me di cuenta de la falta de gente en la ruta. El área estaba completamente sola.

Bueno, no completamente. Sí había una persona moviéndose de atrás hacia adelante: el sprite de un anciano de cabello blanco.

Intrigado, le hablé, y fue ahí donde las cosas comenzaron a ponerse algo raras para mí. No decía algo que tuviese sentido, simplemente repetía la misma cosa una y otra vez por un tiempo molestamente largo, así como cuando hablas con cierto ciclista en Ruby, Sapphire y Emerald.

SUENA LA CAMPANA SUENA LA CAMPANA SUENA LA CAMPANA SUENA LA CAMPANA SUENA LA CAMPANA SUENA LA CAMPANA SUENA LA CAMPANA SUENA LA CAMPANA SUENA LA CAMPANA SUENA LA CAMPANA SUENA LA CAMPANA SUENA LA CAMPANA SUENA LA CAMPANA SUENA LA CAMPANA SUENA LA CAMPANA SUENA LA CAMPANA SUENA LA CAMPANA SUENA LA CAMPANA SUENA LA CAMPANA SUENA LA CAMPANA SUENA LA CAMPANA SUENA LA CAMPANA SUENA LA CAMPANA

Esto no significaba nada para mí, por lo que no me molesté en hablarle de nuevo. Sólo seguí moviéndome hacia la torre.

Una vez dentro intenté subir las escaleras, pero algo me lo impedía. Pensé que todos los pokémon hackeados al fin habían logrado joder mi juego, pero ése no fue el caso.

Luego de un momento de silencio, el sonido de una gruesa campana de bronce comenzó a reproducirse lentamente. Luego de cuatro tañidos, la tumba en el centro de la habitación se quebró y se destrozó como si hubiesen usado Rock Smash en ella.

Bajo la tumba estaba un agujero, y ya que no podía ir por las escaleras hacia arriba, caminé hacia él y caí.

Al aterrizar me encontraba en una plataforma similar a la que está en la Sala del Origen, donde encuentras a Arceus, sólo que era más oscura. Mientras que la plataforma transparente era blanca y brillaba en el caso de Arceus, ésta era más de un color rojo oscuro.

No podía volar, usar excavadores y no traía Escape Ropes, así que tomé las escaleras y la campana continuaba sonando lentamente.

Me sentía muy mal, pero continué subiendo. El camino final era largo; aún había lava burbujeante a los lados, y con cada paso que daba, la campana comenzaba a sonar más rápido.

Finalmente terminé el camino, llegando a una plataforma pequeña, y la campana dejó de sonar. Una caja de diálogo apareció, y decía:

Oh, ¿me has regresado a Hell Bell? De verdad lo aprecio

Entonces surgió frente a mí el sprite de un Caballero, y el sprite de Hell Bell salió, parándose en el espacio entre nosotros.

Luego apareció algo en la pantalla táctil, como la sección de la Trainer Card:

¿Te importaría decirme tu nombre para que pueda agradecerte más apropiadamente?

Escribí el nombre del personaje de mi hermano, “Dust”, pero la voz me detuvo:

No, no. Tu nombre real, por favor

Mi corazón se detuvo por un segundo. ¿Cómo demonios sabía el juego que no estaba firmando mi nombre real?

Escribí mi nombre real. Cuando terminé, el hombre habló de nuevo:

Gracias señorita. Estará feliz de saber que ahora me pertenece

La campana sonó dos veces más mientras mi sprite cambiaba a uno femenino, idéntico a mí.

Hell Bell se movió hacia delante y apareció una caja de diálogo:

Hell Bell usó APRISIONAMIENTO

Luego de eso, la batería de mi DS murió.

Ya no soy yo. Le pertenezco a ese hombre… y a Hell Bell.

Tengan cuidado al usar el sistema de intercambio. Tu pokémon de evento no cuesta lo mismo que tu alma.

El Raticate del rival

En los juegos Pokemon Rojo/Azul/Verde/Amarillo, cuando encuentras a tu rival en el Pueblo Lavanda, el te pregunta si sabes que se siente cuando tu compañero pokemon ha muerto. A partir de este punto, el no se enfrenta a ti con su Raticate, que ha usado en batallas anteriores.

Tu batalla contra él en el S.S. Anne ha causado daños severos al Raticate de tu rival, y debido a la ausencia de un centro pokemon en el barco, el Raticate de tu rival sufre una muerte lenta y dolorosa.

La verdadera razón por la cual tu rival se encuentra en el Pueblo Lavanda, es para darle un descanso a su amigo fallecido. Tu rival nunca confiesa que tu eres el verdadero responsable por la muerte de su Pokémon. Él esconde su tristeza e intenta canalizar esa energía en la motivacion que necesita para continuar su busqueda, para ser el campeón de la liga Kanto. La muerte de su Raticate obviamente destruye la inocencia de su niñez.
Tristemente frente a la lápida de su Raticate, promete no fallar en lo que haga, el confia en que podra al fin ser mejor que tu… derrotandote… y eventualmente hacerlo en la Liga Pokemon. Él no te culpa por lo que pasa, despues de todo el te retó, sin embargo subconcientemente siente recentimiento hacia ti, lo que hace que en tu presencia se comporte descortez y antipaticamente. Luego de que el se convierta en campeon de la liga Kanto el fue derrotado… por ti.

El ha roto la promesa que le hiso a su Pokemon caido y en ese momento el siente un dolor muy intenso. Como si fuera poco su propio abuelo le reprocha que no ha entrenado a sus pokémon correctamente, a pesar de haberse convertido en campeón, mientras que a ti te felicita y adula. Ya que mencionamos sus desdichas, cabe aclarar que tanto él como su hermano son huerfanos y viven con su abuelo, como es mencionado en un periodico de ciudad Verde. Nada en su vida parecia mejorar, mientras que a ti te hiba excelente. Quizas logró convertirse en lider de gimnacio, pero siempre sabiendo y lamentandose de que es y siempre será tú sombra.

También puedes leer:  La canción infantil japonesa que nadie recomienda cantar, Kagome Kagome

Durante el juego, le robas su joven inocencia y espectativas en la vida, destrozas sus sueños, incluso opacas él amor de su abuelo, quien parecia apresiarte más a ti que su propia sangre.

Dime ¿Ahora realmente piensas que aquel tipo es tan odioso? Pues yo ya no soy capaz de jugar un juego donde esté él.

Kangstan

Estaremos juntos por siempre… ¿verdad, mami?

Kangaskhan es conocido como uno de los Pokémon más maternales. Pero cuando la madre muere, el bebé espera junto a su cadáver.

Cuando sólo quedan huesos, el bebé toma el cráneo y lo usa como casco. Así nace un Cubone.

¿Dónde crees que estás?

En cada juego de Pokémon hay cavernas oscuras que requieren el movimiento «Flash» (Destello) para que puedas ver dentro de ella. Como sea, ¿alguna vez has intentado atravesarlas sin usarlo?

Descubrí este truco en Pokémon Gold, y lo he intentado en cada juego de Pokémon que poseo. Funciona EN TODOS, incluso en los juegos de la generación previa; Red, Blue, Green y Yellow.
Debes estar en una cueva oscura, o en cualquier lugar en el que puedas usar flash. Camina, pelea con Pokémon en la oscuridad, choca con entrenadores y sigue caminando en la oscuridad porque eventualmente encontrarás una escalera que no está en el mapa. Baja por ella.

La pantalla se volverá negra conforme escuches el sonido de ‘bajando por las escaleras’, pero sonará cuatro veces como si hubieses bajado cuatro pisos.
Una caja de texto aparecerá en la pantalla negra diciendo simplemente, «¿Dónde Crees que Estás?» La música se distorsionará por algunos segundos y la pantalla se verá con glitches. A veces oirás un sonido bajo, como si hubieses chocado con una pared, o un distorsionado grito de Pokémon que suena como un grito.*
Entonces lo verás. En las versiones antiguas del juego parece ser que simplemente has encontrado un área nueva que no está en el mapa. En versiones nuevas, podrás decir que algo está mal porque todo está en blanco y negro.

Estarás en una enorme habitación vacía. Las cuatro paredes tienen algo escrito en ellas, usualmente tu nombre de jugador o los nombres de tus Pokémon. Puedes caminar por una de las paredes, dependiendo del juego. Si recuerdo bien, es la pared norte en Diamond y la izquierda en Yellow… y así.
Cuando camines por la pared, estarás de vuelta en el overworld fuera de la caverna, pero todo estará aún en blanco y negro. La música sonará más y más lenta, y ocasionalmente se parará. Intentar hablar con la gente ahora es inútil, no puedes interactuar más con ellos.
En Pokémon Yellow, el Pikachu que te sigue es ahora el sprite de un fantasma de Lavender Town. Si revisas tus Pokémon, seguirán ahí; mismas stats, apodos y movimientos, pero sus íconos serán reemplazados por la sprite del Fantasma.

Si caminas en el pasto y encuentras Pokémon salvajes, inmediatamente huirán de tí (similar a algunos Pokémon en GSC, como los perros legendarios o Yanma).
Regresa a la caverna de donde saliste. Este es ahora el único lugar donde puedes enfrentar a Pokémon salvajes y otros entrenadores, mientras no uses flash.

He descubierto recientemente que si juegas el juego así por bastante tiempo, en esa caverna eventualmente verás a un entrenador que se ve como tú (el ícono del personaje principal), aunque si intentas hablar con él, todo lo que sucede es que una caja de texto aparece diciendo «¿Dónde Crees que Estás?»
La pantalla se tornará negra, oirás el ruido seco y luego el grito distorsionado.
*El sonido del grito es similar al chillido de un Golbat, pero con un pitch diferente, más agudo.

Painend

Debo contaros que, sinceramente, comprar el nuevo juego de Pokémon Negro por Internet, ha sido la peor decisión de toda mi vida. Pronto comprenderéis por qué.

Hace un par de meses, cometí dicho error: obtuve mi juego de Pokémon Negro, comprándolo por Internet… Aquí empezó todo.

Una mañana cualquiera, tras el desayuno, el cartero llamó a mi puerta. Yo sabía perfectamente a lo que venía, pues llevaba esperando su llegada durante unas tres semanas. La paciencia infinita que tuve para conseguir el preciado (preciado, me lo parecía al principio) juego, se vio recompensada al fin. Abrí la puerta, firmé sus papeles y adquirí mi paquete. Ya desde ese momento sentía, a la par que la alegría de tenerlo, una siniestra sensación, a la que francamente no hice demasiado caso (craso error).

Nada más entrar en casa, no dije nada a nadie. Subí corriendo a mi cuarto a jugar y jugar como un poseso, no podéis imaginar con qué ganas lo iba pasando y cuánta diversión me daba hacerlo. La idea de vivir una nueva aventura Pokémon siempre me emociona…

A la hora de la merienda, descansé un poco. Tras comerme mi bocadillo, cogí mi DS y salí a jugar con mis amigos, y de paso poder presumir de mi nueva “joyita”. Casi todos mis amigos tenían ya el juego, y ya iban bastante avanzados, por lo que me molestaba un poco verles ya cercanos a su séptima medalla, alguno que otro venciendo a Mirto, en fin… Bastante adelantados.

Pero, qué deciros, el juego me parecía tan especial, que a mis ojos, aunque supiese ya qué iba a suceder más adelante, no perdía su misticismo natural. Yo era como un niño con una piñata de cumpleaños: todos sabíamos que había chuches… Pero no perdíamos la ilusión de apalear esos simpáticos muñecos.

En una de éstas, al dejar de jugar todos, nos pusimos a bromear; mis colegas con el Pokémon Blanco debatiendo contra mis amigos con Pokémon Negro, entre los cuales me encontraba yo, sobre qué juego era el mejor.

Ese fue el concreto instante en el que me di cuenta de que algo no iba bien… Por algún motivo que no comprendía, y desearía nunca haberlo comprendido, la tarjeta de mi Pokémon Negro no coincidía con la de mis otros compañeros; la pegatina del juego era diferente, no poseía los símbolos distintivos de la casa Nintendo, y el fondo era de un negro más oscuro…

En principio sólo lo vi curioso. Quizá el motivo era que, al adquirir yo dicho juego posteriormente que mis amigos, habían cambiado el modelo, o tal vez todo se debía a que yo lo compré por Internet. Quizá simplemente su anterior dueño la había diseñado porque le gustó más así.

Mientras os escribo esto soy bien consciente de lo ingenuos que fuimos… De lo ingenuo que fui.

Terminamos la tarde con un divertido partido de fútbol. Tras esto, nos despedimos. Era hora de volver a casa.

Al llegar a casa, era bastante tarde. El partido se había extendido más de lo esperado. Mi madre y yo tuvimos una discusión… Importante. Acabé bastante enfadado con ella, y de postre tenía ahí a la pesada de mi hermana tocándome las narices.

Total, que me evadí un poco del mundo, tomando una agradable ducha. Estaba castigado sin ordenador, sin consolas, y evidentemente sin cenar.

Si se pensaba que no jugaría a mi nuevo juego de Pokémon Negro, iba lista. Contaba con la DS en mi bolsillo y una edad de adolescente perfecta para adoptar una actitud de rebeldía.

Me llamó mucho la atención que, en el menú principal, las letras eran de color rojo intenso. “¡Qué chulo!”, pensé. Hoy sé perfectamente que son blancas…

Al darle a la opción “Continuar”, el juego se me congeló. Después de varios intentos, finalmente pude continuar la partida. Me encontraba en Ciudad Gres.

Nunca olvidaré el precioso detalle acuático de la fuente situada a la salida de dicha ciudad. Fue lo último que viví con normalidad de este juego…

Llegué a la Ruta 3. Allí, de repente, se me abrió un cuadro de diálogo:

¡Oye, Thor! ¡Esperaaa!

Nada más ocurrió. Podía moverme libremente. Busqué quién me había llamado… Nada.

Al pasar de nuevo por el mismo sitio, la llamada se repitió. Esta vez sí estaba asustado.

Mi personaje dirigió la mirada al frente. Allí se encontraba un anciano.

Armado de valor, le hablé. Él me dijo:

¡Ah, eres tú!

Continuó hablando:

Hemos cuidado de tus Pokémon y, ¡vaya sorpresa que nos hemos llevado!

No había dejado ningún Pokémon… Era imposible.

¡Tus Pokémon tenían un Huevo!

El anciano preguntó:

¿Lo quieres?

Permanecí diez minutos sin responder. Finalmente dije:

“Llévatelo y no regreses con él”, me dijo.

Llévalo lejos… Devuélvelo a su lugar.

Examiné el Huevo. “Origen: Lugar lejano”. Tenía Pokérus. Estaba manchado de rojo.

Decidí guardarlo en el PC. Entonces ocurrió lo imposible:

Lleva una carta

Un Huevo con una carta. Mi tranquilidad se rompió en mil pedazos.

No había aprendido la lección. En ese momento me di cuenta.

Si bien la curiosidad me arrastró a aceptar ese Huevo a un extraño anciano, ahora me empujaba a leer esa carta, como el dulce aroma de una pastelería a comprar dulces bollos de chocolate. Sabes que no son saludables, pero es inevitable.

Sí. Leí esa carta. ¿Adivináis qué ponía?

“I want out of here. I need it.” – Quiero salir de aquí. Lo necesito.

Si alguna vez habéis visto películas de miedo con sobresaltos, conoceréis más que de sobra esa sensación que te invade cuando el zombie aparece de repente en la pantalla, cuando en el cine suena la música fuerte y retumbando en toda la sala tras el silencio infinito característico de las salas. Esa sensación de que las manos se congelan, y de que tu corazón daría cuanto estuviera en su mano por salir por tu garganta. La sensación del sobresalto, la tensión, quizá ansiedad. Una sensación emocionante cuando sabes que lo que sucede a tu alrededor es ficción. Cómo os envidiaba en ese momento…

Mi alma era hielo al leer esa carta. Su aspecto de por sí era ya espeluznante: Un fondo gris mate, con letras negras y profundas como la misma noche… Por si fuera poco, ya lo que ponía no es que fuese más tranquilizador. Consideraba todo lo que estaba ocurriendo una broma de pésimo gusto, si es que alguien humano estaba detrás de todo eso… Cosa que empezaba a dudar.

Si es cierto que la curiosidad mató al gato, mi gato estaba ya muerto más de sus 7 veces. Se me quitaron las ganas de hacer cualquier gesto de curiosidad desde ese momento y hasta el fin de mis días. No quería abrir ese Huevo, no quería tenerlo encima y quería quemar ese juego para jamás en mi vida volver a oír nada sobre él.

Intenté dejarlo en el PC una y otra vez, una, dos, tres y mil veces, pero no era posible. Traté de quitarle la carta, pero no era posible. El juego no me daba la opción “Quitar” en el submenú de “Carta”. Sólo había “Leer” y “Salir”.

Armándome de valor, volví a abrir la carta. Quería buscarle una explicación, un motivo a todo lo que estaba pasando que me sacara esa ansiedad del cuerpo.

Pero… Mi ansiedad aumentó.

La carta, sin motivo aparente, había cambiado. Ahora el fondo era negro, y sus letras eran de un color rojo tan vivo que parecía que la pantalla de mi DS sangraba…

Ponía:

“Get me out of here… Please…” – Sácame de aquí… Por favor…

Esto, lectores y lectoras, hay que vivirlo para saber qué se siente. Hablando en términos coloquiales y entendibles, el cague era de cojones.

Compartir
Escrito por
MisteryInternet

Desde 2012 escribiendo este blog, investigando los rincones más oscuros de internet, leyendas urbanas, crímenes y fenómenos paranormales que se esconden fuera de la vista.  Mi objetivo inicial de abrir un blog que desmientiera creepypastas populares fue evolucionando a lo que es la web actual, con más de 30 categorías y más de 800 entradas disponibles. Espero que disfrutes tu lectura.

Deja un comentario

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Popular esta semana

Consulta categorías

Categorías

Últimos comentarios

que bueno que regresaron siempre me han encantado sus historias!
Me alegra que siga actualizándose después de tantos años, aunque sean pocas noticias. Nunca decepciona. Gracias por seguir
Está genial el nuevo sitio. Enhorabuena