A finales de 2012, mientras navegaba por los comentarios del famoso vídeo suicidemouse.avi en YouTube, encontré un enlace a un sitio de intercambio de archivos llamado 2Shared. El archivo se titulaba «suicidemouse.exe». Tras escanearlo en busca de virus, decidí ejecutarlo para ver si la leyenda del juego era real.
Al abrir el ejecutable, te recibe una imagen de Mickey Mouse en baja resolución, en blanco y negro, con una barra de progreso. El juego mantiene la estética monocromática del metraje original y la inquietante música de piano distorsionada comienza a sonar en cuanto tomas el control del personaje.
Inmediatamente a la derecha hay una puerta. Si entras, la música se detiene bruscamente y aparece una cabeza de 8 bits borrosa sobre un fondo negro. Tras unos segundos, un texto toscamente dibujado dice: «Estoy muerto. Eres el próximo». El juego parece jugar constantemente con la interrupción de la música y la aparición de imágenes de Mickey mucho más detalladas y grotescas que se mueven de forma errática.
Más adelante, el escenario muestra una grúa y un edificio de ladrillo. Si interactúas con la grúa, el juego se congela y la música cambia a los gritos del final del vídeo original. En este punto, el juego introduce el color rojo: una animación muestra a Mickey colgado de una cadena mientras la parte inferior de su cuerpo sangra, seguido de un mensaje de «MORISTE» extraído de juegos clásicos de NES.
El juego utiliza recursos visuales de creepypastas clásicos
Si decides explorar más allá, encontrarás un agujero en el suelo que te transporta a una nueva área que simula ser el infierno, con fuego y sonidos ambientales de lamentos humanos. Las imágenes de fondo se vuelven mucho más inquietantes, acompañadas por un sonido de «gong» constante.
El momento más perturbador ocurre al caer en un pozo sin salida. Tras unos segundos de silencio absoluto, una silueta negra de Mickey aparece y desaparece al ritmo de latidos de corazón. La frecuencia aumenta hasta que un grito ensordecedor satura el audio, Mickey explota en una masa sanguinolenta y el fondo se transforma en una amalgama de caras rojas distorsionadas.
A día de hoy, el juego sigue disponible en varios portales de juegos indie. Aunque está desarrollado en motores sencillos como Game Maker y no es técnicamente complejo, logra capturar la atmósfera opresiva del creepypasta original. Es una experiencia breve, pero capaz de dar un buen susto a quienes aún guardan cierto respeto por la leyenda de 1930.
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