Creepypasta: La cinta de seguridad más extraña que he visto

«Yo trabajo en una estación de gasolina en zona rural de Pensilvania. Es un trabajo aburrido, pero es bastante fácil y se paga bien. Hace unas semanas, empezó a trabajar un nuevo tipo, Jeremy.

Jeremy es raro. Tiene 25 o 26 años, y casi no habla, pero que tiene la risa más espeluznante que he oído nunca. Mi jefe y yo nos hemos dado cuenta de esto, pero nunca ha sido un problema, así que no hay mucho que podamos hacer al respecto. Los clientes nunca se han quejado de él, y él siempre hace su trabajo bastante bien. Hasta hace unas semanas, de todos modos, eso es cuando las cosas empezaron a desaparecer.

Los empleados que roban puede ser un problema en cualquier negocio que venda bienes de consumo, y sólo hay una persona que trabaja a la vez en esta gasolinera (es un lugar bastante pequeño). Hace unas dos semanas, mi jefe comenzó a darse cuenta de que nos quedamos cortos de aceite de motor. Al principio, eran unos contenedores, a continuación, estantes enteros y cajas de la trastienda. Muy pronto los envíos enteros desaparecían, y siempre era justo después del turno de Jeremy. Mi jefe ha revisado las cintas de las cámaras de seguridad de todas las noches que trabajaba, pero nunca pudo atraparlo en el acto. Jeremy cerraba el negocio y a día siguiente, el aceite de motor ya no estaba.

Mi jefe por lo general se llevaba las cintas con él para tratar de atrapar Jeremy robar, pero su hija tenía un juego de softball esa noche, así que me pidió ver la cinta para él. Él se ofreció a pagar las horas extras, así que obviamente acepté. Hay tres cámaras, así que me dieron tres cintas diferentes para comprobarlo. Pensé que sería una larga noche, pero estoy tratando de ahorrar para las vacaciones, así que realmente necesitaba el dinero. Me llevé las cintas a casa, las metí en una vieja VCR y me senté.

Hace dos días (la última vez que trabajó), Jeremy empezó a las 16:00. Todo parecía bastante normal al principio. Hizo las cuentas, despidió a la chica que estaba trabajando antes de él, y esperó a un cliente. La primera persona que llegó fue la señora Templeton (a las 16:03), un habitual. Recogió sus cigarrillos y un periódico, y pagó con un billete de veinte. Nada raro allí. El próximo cliente era un chico local llamado Ron. Él conduce una motocicleta, por lo general viene cada pocos días. Él llena su tanque, compró una bolsa de carne seca, pagó con su tarjeta de crédito, y se fue. El siguiente fue un tipo con un sombrero de vaquero. Nunca lo había visto antes, pero siempre venían un montón de extranjeros de paso. Echó cuarenta dólares en combustible diesel, pagando con un billete de cien dólares, y siguió su camino.

La oferta de mi jefe era suficiente para mantenerme viéndola. Todo parecía muy normal. Tenía la sensación de que si Jeremy estaba robando aceite de motor, sabía que sospecharían de él por lo que no esperaba que fuera tan tonto como para dejar que lo pillara en la cámara. Las cosas quedaron aburridas y rutinarias hasta las cinco.

A las 17:03, la señora Templeton regresó. Compró el mismo paquete de cigarrillos como antes, y el mismo diario. Pagó con otros veinte. Qué extraño. Fue entonces cuando Ron llegó de nuevo. Compró otro tanque de gas y el mismo paquete de carne seca. Él pagó con su tarjeta de crédito otra vez. No es gran cosa, pensé que esto era sólo una coincidencia extraña. Fue entonces cuando el chico en el sombrero de vaquero volvió a entrar, sentí un escalofrío por mi espalda. Echó cuarenta dólares en combustible diesel y pagó con otro billete de cien dólares. Cada movimiento que hacía era idéntico a su primera visita, hasta la forma en que se rascó la nariz antes de que se fuera.

Cada cliente para la próxima hora era el mismo que antes. Todos y cada uno. Me asusté en serio, y luego a las 18:03, la señora Templeton volvió. Ella le compró cigarrillos y el periódico de nuevo, y pagó con un billete de veinte más. Yo sólo vi otra media hora antes de empezar el avance rápido para el resto. Todo era lo mismo. Cada cliente entraba en exactamente a las mismas horas, exactamente una hora de diferencia.

Ahora sé lo que estás pensando: que Jeremy había trucado las cintas. Pero ese no fue el caso. Hay ventanas cerca del área de la caja registradora y ví como la luz del sol se desvanecía con el tiempo. La rutina de Jeremy no tenía fin e hizo su trabajo exactamente como se espera. Pero los mismos clientes seguían llegando. Salté la cinta hasta medianoche.

A las 00:03, de la nada, el rostro de Jeremy aparece en cámara. No quiero decir que él movió la cabeza y miró a la cámara, me refiero a que un segundo la tienda estaba vacía, y al segundo siguiente su rostro era todo lo que podía ver. Él no estaba mirando a la cámara, me estaba mirando a mí. Grité y tiré el mando a distancia. Cuando lo agarré, él se había ido. En un frame él estaba allí, y al siguiente no estaba. Me metí otra cinta de la zona trasera. Salté hasta las 00:03, pero no había nada. Él no estaba allí. Lo que yo he visto, sin embargo, fue que a las 00:03, el aceite de motor desapareció de los estantes. Igual que la cara de Jeremy, un segundo estaba ahí y al siguiente no.