Un día en la década de 1990, una mujer encontró una extraña criatura en el bosque, y 20 años después de su muerte y la del “humanoide”, la gente todavía discute qué era realmente.
En el verano de 1996, la pequeña ciudad de Kyshtym, Rusia (1.764 km al este de Moscú), en la región de los Urales, fue testigo de una escena extraña. Una mujer jubilada, Tamara Prosvirina, caminaba por la calle con algo cubierto con una manta y le estaba hablando. Ella decía: "¡Es mi bebé, Alyoshenka [abreviatura de Alexey]!" pero nunca lo mostró, recuerdan los lugareños.
Prosvirina en realidad tenía un hijo llamado Alexey, pero ya era adulto y en 1996 estaba cumpliendo condena por robo. Parecía que la mujer se había vuelto loca, hablando con un juguete, pensando en él como su hijo. De hecho, Prosvirina tenía problemas mentales y varios meses después, la enviaron a una clínica para que la trataran por esquizofrenia.
La cosa en la manta, sin embargo, no era un juguete sino una criatura viva que había encontrado en el bosque cerca de un pozo. Aquellos que vieron a Alyoshenka lo describieron como un humanoide de 20 a 25 centímetros de altura. Cuerpo moreno, sin cabello, grandes ojos saltones, moviendo sus diminutos labios, haciendo sonidos chirriantes… Su forma de cebolla no parecía humana en absoluto. Su boca estaba roja y redonda.
La mujer alimentaba al extraño 'bebé' con requesón y leche condensada. “Se veía triste, sentí dolor al mirarlo”, recordó la nuera. Los relatos de los lugareños difieren. Por ejemplo, algunos dijeron que el enano era "peludo" y tenía "ojos azules". Otros dicen que el humanoide no tenía pelo. Lo único en lo que estas personas están de acuerdo es en que Alyoshenka "parecía un verdadero extraterrestre".
Pero podría tener una explicación más lógica.
En 1957, Kyshtym enfrentó el primer desastre nuclear en la historia soviética. El plutonio explotó en Mayak, una central nuclear secreta cercana, arrojando por los aires la tapa de hormigón de 160 toneladas. Es el tercer accidente nuclear más grave de la historia, detrás de Fukushima en 2011 y Chernobyl en 1986. La región y la atmósfera quedaron gravemente contaminadas. A veces los pescadores capturan peces sin ojos ni aletas. Entonces, la teoría de que Alyoshenka era un mutante humano o un animal deformado por la radiación también fue una explicación popular.
Un día, sucedió lo inevitable, Alioshenka se enfermó gravemente. Los vecinos llamaron al hospital y los médicos se lo llevaron. La extraña criatura de Kyshtym murió más tarde. Dicen que Prosvirina fue la única que lloró por él. De hecho, un lugareño robó el cuerpo e hizo una especie de momia: la lavó con alcohol y la secó, para luego guardarla como "trofeo".
Posiblemente te estés preguntando si algo de eso es realmente cierto.
Vladimir Bendlin, un policía local, fue la primera persona que trató de dar sentido a esta historia. Confiscó el cuerpo de Alyoshenka al ladrón y comenzó su propia investigación.
Bendlin no pudo confirmar ni refutar sus orígenes extraterrestres. Un patólogo local dijo que no era humano, mientras que un ginecólogo afirmó que solo era un niño con terribles deformaciones. Entonces Bendlin cometió un error: entregó el cuerpo de la criatura a los ufólogos, quienes se lo llevaron y nunca lo devolvieron. Después, el rastro se perdió por completo, con periodistas buscándolo durante más de 20 años. El cuerpo aún no ha sido encontrado, y es poco probable que lo sea.
Su “madre”, la jubilada Prosvirina, murió en 1999, atropellada por un camión en la oscuridad de la noche. Según los lugareños, había estado bailando en una carretera. Aún así, los científicos, los periodistas e incluso los psíquicos discuten sobre quién (o qué) era, ofreciendo versiones muy extrañas: desde un extraterrestre hasta un enano antiguo. Sin embargo, los expertos serios siguen siendo escépticos. Algo parecido a Alyoshenka, una momia humanoide encontrada en Atacama, Chile, tiene la misma apariencia, pero se demostró en 2018 que se trata de un humano cuyo fenotipo fue causado por raras mutaciones genéticas, algunas previamente desconocidas. Lo más probable es que el enano de Kyshtym tampoco fuera un extraterrestre.
En Kyshtym, sin embargo, todos todavía lo recuerdan.
Seguro que era un feto radiactivo jaja
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