Balenciaga es una casa de moda de lujo española bastante reconocida. Desde que el diseñador Demna se convirtió en su director artístico en 2015, la histórica marca se ha visto envuelta en algunas controversias menores, a menudo de forma intencionada, como vender zapatillas destruidas por 1.850$ o vestir modelos de pasarela con bolsas de basura hechas de cuero caro.
No es descabellado pensar que parte del marketing de la marca era crear algún tipo de controversia o algo demasiado original y diferente, como suele ser habitual en marcas de moda. Más recientemente, sin embargo, el lanzamiento de dos nuevas campañas de Balenciaga, ha llevado esta campaña de controversia a un nuevo nivel.
Todo esto comenzó el 16 de noviembre de 2022, cuando Balenciaga publicó una campaña llamada "Balenciaga Gift Shop". Fue filmada en octubre por Gabriele Galimberti, un fotógrafo documental italiano cuyo trabajo se centra en las historias que nuestras cosas cuentan sobre nosotros mismos. Galimberti había hecho anteriormente un libro con imágenes de niños con sus juguetes, pero nunca antes había filmado una campaña de moda. Sus fotografías mostraban a seis niños agarrando bolsos de osos de peluche destruidos, que se habían visto por primera vez en el desfile de primavera de 2023 de la marca en París. Todo parece normal, salvo por un detalle. Los osos presentaban vestimenta "bondage" de estética sadomasoquista, como blusas de rejilla y arneses de cuero; y a su alrededor se exhibían copas de vino y otros artículos de regalo. Según Galimberti, tanto los objetos como los niños y el lugar elegido para la sesión habían sido seleccionados por Balenciaga, con numerosos miembros del personal presentes durante los dos días de fotografía.
Si bien la decisión de Balenciaga de colocar juguetes con una marcada estética de práctica sexual en manos de modelos infantiles puede ser un error, la campaña aislada es indicativa de una conspiración más amplia y no mucho después de que se publicara en línea, comenzó la oleada de indignación contra las imágenes que yuxtaponían a los niños y lo que parecía ser esa parafernalia de bondage.
Cinco días después, el 21 de noviembre, Balenciaga lanzó una campaña separada: la campaña publicitaria Garde-Robe 2023 de la marca, que incluyó algunas modelos reconocidas com Nicole Kidman. Esta se filmó en julio, meses antes de la campaña anterior, y tuvo lugar en una oficina.
Lo raro vino en una de las fotografías. En una de sus imágenes, un bolso Balenciaga x Adidas Hourglass de 3.000$ aparecía sobre un escritorio junto con una pila de papeles algo desordenados. Los usuarios de las redes sociales ampliaron las imágenes de la campaña para ver sobre qué iban dichos papeles y lo que parecían presentar, y resultaron ser sobre el caso de "Estados Unidos v. Williams" , un fallo de la Corte Suprema que confirmó la Ley PROTECT, una ley federal que penaliza la publicidad, promoción, presentación o distribución de pornografía infantil. Dicho caso examinó si las leyes que prohibían la promoción de la pornografía infantil restringían los derechos de libertad de expresión de la Primera Enmienda.
Otros accesorios en la campaña de Garde-Robe incluyeron los libros "The Cremaster Cycle " de Matthew Barney, que apareció junto con una exhibición del artista en el Museo Guggenheim, y "As Sweet as It Gets " del pintor belga Michaël Borremans. cuyo trabajo ha sido expuesto en la galería David Zwirner. Lo curioso es que la galería ha descrito las pinturas de Borremans como "niños pequeños que participan en actos lúdicos pero misteriosos con matices siniestros e insinuaciones de violencia". Como es evidente la gente no tardó en buscar similitudes.
Twitter estalló. Al fin y al cabo la marca 'Balenciaga' acababa de hacer una sesión de fotos para sus nuevos productos que incluía un documento judicial sobre 'pornografía infantil virtual', además de asociar a niños con el bondage. Lo que provocó acusaciones de que estaban promoviendo una "campaña de pornografía infantil" y exaltando la violencia contra los niños.
El 28 de noviembre, casi dos semanas después de que comenzara la tormenta, y luego de una serie de disculpas de Instagram que no lograron sofocarla, la marca emitió un comunicado en el que admitía “una serie de graves errores de los que Balenciaga se responsabiliza”. La casa de moda anunció "investigaciones internas y externas" en curso y "nuevos controles" y dijo que se estaba comunicando con "organizaciones que se especializan en la protección infantil y tienen como objetivo terminar con el abuso y la explotación infantil".
Cinco días después, el 2 de diciembre, los dos hombres en la cima de Balenciaga, Demna y el director ejecutivo Cedric Charbit, emitieron declaraciones separadas de disculpa. La declaración del Sr. Charbit incluyó una lista de varias acciones que él y la compañía han tomado, incluida la reorganización de su departamento de imagen y la planificación de una "gira de escucha" para interactuar con grupos de defensa que tienen como objetivo proteger a los niños.
La declaración de Demna decía que asumió la "responsabilidad" de las imágenes "inapropiadas". “Por mucho que a veces me gustaría provocar un pensamiento a través de mi trabajo, nunca tendría la intención de hacerlo con un tema tan terrible como el abuso infantil, que condeno", dijo. Las campañas fueron borradas de las redes sociales también.
A medida que se difundieron las críticas en línea a las campañas, la historia fue recogida en los medios de comunicación.
¿Alguien recuerda la conspiración QAnon, esa teoría de la conspiración de internet de que un grupo de élites adoradoras de Satanás que dirigen una red de sexo infantil están tratando de controlar nuestra política y los medios? Pues no tardaron en decir que esta campaña sin duda era parte de dicha conspiración, que revivió tras las críticas. Para algunos, las fotografías o el uso de los papeles eran claras pistas de alguien de Balenciaga para decirle al mundo las oscuras intenciones de la marca.
La teoría de la conspiración, que se hizo viral sobretodo en TikTok, se respalda en que en una de las fotos que muestra a un niño vestido de negro, en el piso, en primer plano a la izquierda, hay un papel de cinta amarilla que parece estar mal escrito, con dos "A" en lugar de una, lo que significa que Balenciaga se deletreó, intencionalmente, como "Baalenciaga". Algunos conectaron esto con Baal, un antiguo dios cananeo de la fertilidad.
Es cierto que en Google Translate si escribes "Baal enci aga" en latín, lo traduce como "Baal is the King" (Baal es el rey) como la traducción al inglés. Pero no es una frase latina.
El nombre de la marca, "Balenciaga", no tiene nada que ver con Baal o lo oculto. Es el apellido del fundador de la marca de moda. Cristóbal Balenciaga fue un español de orígenes humildes que comenzó a diseñar vestidos para ayudar económicamente a su madre tras la prematura muerte de su padre. Luego fundó la casa de moda a principios del siglo XX en San Sebastián, España, mucho antes de que surgiera la controversia actual.
El 25 de noviembre, Balenciaga presentó documentos en la corte de Nueva York iniciando una demanda de 25 millones de dólares contra la productora North Six y Nicholas Des Jardins, quienes diseñaron el escenario para la campaña de Garde-Robe. El documento, una citación con notificación, alegaba que la productora y el escenógrafo cometieron “actos y omisiones inexplicables” que fueron “malévolos o, al menos, extraordinariamente imprudentes”. Efectivamente, la marca afirmó que los documentos se colocaron en las fotografías de la campaña sin su conocimiento y habían dado lugar a falsas asociaciones entre Balenciaga y la pornografía infantil.
El 2 de diciembre, una semana después de la presentación judicial inicial, la compañía anunció que ya no emprendería acciones legales. Entonces, ¿Qué ocurrió? ¿Quién aprobó el uso de esos documentos como utilería? Los documentos provenían de "numerosas cajas" alquiladas de una casa de utilería, escribió un abogado de Des Jardins, el escenógrafo, en un comunicado por correo electrónico. Pero se suponía que todos eran "documentos de oficina falsos". Resultaron ser documentos legales reales que muy probablemente provenían de la filmación de un drama televisivo.
Respecto a la campaña con los niños, el Sr. Galimberti, el fotógrafo, no tuvo nada que ver con la elección y dijeron que Balenciaga hizo una elección equivocada y asume la culpa.
La misma Kim Kardashian se vio involucrada en la controversia por haber tenido una larga relación con la marca. El 27 de noviembre, dijo que estaba “reevaluando su relación” con la marca después de haber sido criticada por no haberse posicionado contra la controversia antes. “Como madre de cuatro hijos, me han conmocionado las imágenes perturbadoras”, escribió en Twitter . “Agradezco la eliminación de las campañas y la disculpa de Balenciaga. Al hablar con ellos, creo que entienden la gravedad del problema y tomarán las medidas necesarias para que esto nunca vuelva a suceder”, agregó. Con todo esto, parece que para algunos queda solucionado el asunto.
La controversia se ha convertido en uno de los aspectos de la cultura más reconocidos para darse a conocer. Marcas de todo el mundo así como políticos o toda clase de artistas la usan en ocasiones a su favor. Ahora bien, no está muy claro qué pretendía el departamento artístico de Balenciaga con respecto a las fotografías de niños. Quizás pensaron que sería una buena idea, algo "rompedor" o original. Obviamente se equivocaron. Respecto a los documentos judiciales de la segunda campaña, parece estar explicado cómo llegaron ahí. ¿Conspiración? Parece que solo una mala toma de decisiones y una pobre revisión de la utilería. Si fuera una compañía malvada, ¿por qué iban a mostrarlo al mundo de forma tan evidente?
Woe no crei que de verdad lo harias, de verdad tu blog deve ser mas apoyado
ResponderEliminarVengo de dross
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